Mis padres

Han sido inteligentes y extraordinariamente trabajadores, con un único objetivo: sacar a sus hijos adelante. Un verdadero ejemplo de cómo debía educar yo a mis propios hijos. Para mí han sido modelo de esfuerzo, vocación de servicio y fuerza de voluntad. Cuando se han ido haciendo mayores no he desperdiciado la oportunidad de reconocerles mi gratitud, incluso públicamente. Mi madre es la generosidad en persona. A veces, al compararse con ella, ha provocado en los demás cierta animadversión.

No obstante, el principal valor que me han aportado ha sido la transmisión de la fe católica. Es la mejor referencia que de ellos me ha podido quedar una vez que llegó el momento de rodar por mí mismo.